LOS ABRAZOS, UN RECURSO TERAPÉUTICO

LOS ABRAZOS, UN RECURSO TERAPÉUTICO

Antes de hablar de los abrazos, hablemos del instinto materno.  ¿Qué es?  Es el vínculo afectivo que se establece entre una madre y su hijo. Es la necesidad que tiene la madre de proteger a su hijo. Desafortunadamente este instinto maternal está a la baja porque muchos bebés y niños  son atendidos por otros familiares o cuidadores. Van a guarderías  y estas personas aunque los cuiden bien, nunca serán tan cercanos como mamá. Hay otro grupo de mamás/papás, que buscan en los libros, en revistas y cursos, “desarrollar” este  instinto, pero lo que no saben es  que éste solo se encuentra en el corazón. Las mujeres indígenas llevan a sus hijos envueltos en rebozos [ellas no leen ni van a cursos] y cuando éstos niños son más grandes, esos niños están parados en las banquetas sin miedo y andan entre los coches con más seguridad que muchos de nosotros Ellos son mucho más seguros e independientes y permanecen más fuertemente vinculados a su familia por toda la vida. O sea que los niños que crecen pegados a su mamá o papá, crecen con muchísimas más ventajas que aquellos que son depositados en carreolas o sillitas mecánicas que los arrullan. Los niños que no gozan de este privilegio, son niños que necesitan y piden  sentirse protegidos, necesitan saber que pueden ser contenidos y amados y la mejor manera de hacerlo es abrazándolos fuertemente aun cuando hayan crecido. Sabemos que de todos los animales, el ser humano es el que nace fisiológicamente más inmaduro, ya que necesita los cuidados de su madre por mucho tiempo para seguir vivo, y parte de este cuidado que le procura la madre reside en abrazarlo el mayor tiempo posible. Al amamantarlo lo abraza, al dormirlo lo abraza,  al trasladarlo de un lado a otro antes de aprender a caminar, lo abraza.  Gracias a esta cercanía física, es como el niño va empezar  a tener experiencias corporales, sensoriales, emocionales y mentales que serán básicas para su desarrollo personal. Cuando un niño crece sin satisfacer esta necesidad,  pasará el resto de su vida buscando el abrazo o la cercanía que le faltó. Este hijo puede mostrar a lo largo de su vida enojo, tristeza y miedo y derivado de esto, una baja tolerancia a la frustración, baja autoestima e inseguridad, solo por mencionar algunas cosas. Varios experimentos han demostrado que el contacto físico puede causar cambios psicológicos tanto en el que abraza como en quien es abrazado. Pero ¿cuáles son los efectos saludables de un abrazo? Nos hace sentir (Por ej. calor, amor, agrado, apoyo, felicidad, contención, reconocimiento, solidaridad, etc.). Disminuye el sentimiento de soledad y/o abandono. Nos da pertenencia. Nos ayuda a vencer miedos. Un abrazo abre las puertas a muchos sentimientos.  Favorece la autoestima. Reduce el ritmo  del envejecimiento. Reduce tensiones. Favorece el sueño. Cuando se disfruta de un abrazo, la tristeza, el enojo o la tensión parecen disminuir y disminuye también la presión arterial. Con el contacto, el cuerpo libera  oxitocina, serotonina y dopamina que actúan como sedantes y producen bienestar y calma,  relajan los músculos y liberan la tensión. No todas las personas están dispuestas a recibir o a dar un abrazo. Hay culturas en las que no cabe este tipo de expresiones, así como personas que no les gusta el contacto físico, por lo que si quieres aplicar este recurso, asegúrate que esta persona esté de acuerdo o que realmente este necesitado o necesitada de un abrazo. Y practícalos cuantas veces quieras, porque afortunadamente estos no se agotan por regalarlos y el efecto sanador se incrementará mientras más des y recibas abrazos.