Por Mónica Alfaro. Psicoterapeuta Gestalt.

El dinero en la pareja no es solo una cuestión de administración, es un tema de poder. Es uno de los tabúes que tenemos en la actualidad, incluso más que la sexualidad o más que el tema de los hijos.
Es un tema oculto y sutil, que habla de autonomía e independencia. “El que tiene plata platica y el que no, escucha”. ¿Qué hay detrás del dinero? Hay poder y control.
Nos han inculcado -cuando entramos en relación-, que las mujeres somos entregadas, amorosas, que el amor es incondicional y desinteresado, pero no nos enseñan a hablar del dinero, porque es de mal gusto, es incómodo, no vayan a pensar que soy una interesada, porque hablar de dinero es hablar de interés.
¿Qué hay detrás? Hay una impronta patriarcal, el dinero está asociado patriarcalmente como un atributo legítimo al sexo masculino, al hombre simbólico y a cada hombre en particular. De acuerdo con esto, la carencia de dinero es atribuida genéricamente a la mujer simbólica, y a las mujeres en particular. Existe una desigualdad salarial entre hombres y mujeres y también en la ocupación de puestos jerárquicos.
Habría que preguntarnos, ¿El dinero es masculino o femenino? Es masculino, porque históricamente, quienes manejan el dinero, son los hombres. El 95% de la propiedad privada del mundo, está en manos de los hombres y el 5%, en manos de mujeres.
Educadas en la dependencia y para la dependencia, la mujer tiene la convicción de constituirse en objeto del deseo del otro y no en sujeto de su propio deseo. Convertirse en sujeto significaría entonces, dejar de ser para los otros y construir un ser para sí, que conlleva la experiencia vital de autonomía.
Hemos avanzado en igualdad, hemos ganado las mujeres lugares públicos e independencia económica, sí, pero hay una diferencia: la independencia económica no garantiza la autonomía, pero, no tener independencia económica, definitivamente, no te la va a permitir jamás.
¿Qué significa esto?, que yo puedo tener dinero, pero hay algo subjetivo, en donde no me permito por una serie de mandatos o prejuicios, hacer uso del dinero aunque lo tenga, ¿por qué?, porque es mal visto, porque a la mejor no hago buen uso del mismo, porque me puedo equivocar o porque no sé manejar inversiones.
No nos sentimos en nuestro derecho de hacer uso de lo que es nuestro, no hay legitimidad. No es legítimo que yo use lo que tengo como yo quiero y entonces, lo hacemos a escondidas. Tenemos que trabajar en nuestra autonomía.
Para que la pareja pueda transformarse y fortalecerse, para convertirse en: “mucho más que dos”, es imprescindible el apoyo y el sostenimiento de la autonomía individual de cada persona, el fomento de la independencia individual y la eliminación de prácticas que impidan avanzar como: el autoritarismo, el control, obediencia, trato injusto, ocultamiento, mentira.
Es fundamental, el reconocimiento de los aportes de cada integrante, de acuerdo con el compromiso establecido, para fortalecer a la pareja y para mejorar las condiciones de vida.
Bibliografía:
“El dinero en la pareja”. Algunas desnudeces del poder, Clara Coria, 2ª. Ed. Buenos Aires: Paidos, 2010
“El dinero y el poder en la pareja”. Video youtube “Diálogos en Confianza”, con Tere Díaz/Martha Debayle
“El dinero y la pareja”. Video Jorge Bucay, Youtube
coterapeuta Gestalt.